dimecres, 29 de maig del 2013

P4_PAA_Anuncio publicitario. GÉNERO



El anuncio utilizado para realizar mi última entrada es una de las últimas campañas publicitarias de la marca Dolce&Gabbana. Ellos dicen celebrar con este anuncio los valores más profundos y genuinos del deporte y de la vida, de la mano del modelo Adam Senn. Dicen que el deporte es equilibrio de la mente y el cuerpo. El deporte es auto-desafío, una ruta a la aptitud. El deporte es competición, un momento bonito para el sujeto y su adversario.
Pero dejemos de lado sus pretensiones y vayamos al grano de la cuestión, al análisis y explicación de aquellas cosas a las que hacen referencia.
En primer lugar hablar del destinatario del producto ofrecido. En muchos casos los trabajos publicitarios buscan un tipo muy concreto de cliente y van directamente a por él. Aquí todo es ambiguo, el rango de edad en el que podría estar el cliente tipo no está claro, tampoco lo está el sexo, ni la orientación sexual. Directamente se ofrece un producto para hombres y mujeres jóvenes. El gancho sería el tema del deporte para los hombres jóvenes heterosexuales y el resto de posibilidades las cubriría el fantástico modelo.
El modelo adopta connotaciones claras tanto de gladiador romano, tanto por el tono del pantalón como por el lugar dónde está grabado el anuncio, el circo romano de Tarragona. También tiene reminiscencias hacia la noción del deporte de la cultura griega, y aquí es donde la referencia es más clara, ya que el protagonista adopta posiciones deportivas que recuerdan a las de las esculturas de la época griega clásica. Podría, por lo forzado de algunos movimientos acercarse hacia las figuras escultóricas del helenismo griego, pero la figura del corredor, del lanzador de jabalina… son posiciones características de este primer periodo griego.
Las distintas posiciones que el modelo va adoptando no son aleatorias ya que se produce un proceso de acercamiento, focalización al producto en cuestión. Primero el actor sale de las grutas del circo, sale por los corredores laterales a la arena, donde antes de empezar a enseñarnos qué va hacer, nos acercan la mirada a su sexo. Se llama la atención del espectador para de repente dejarlo alejado del modelo, como un simple mirón que no interactúa con el foco de su deseo. Tras esto se muestra parcialmente una secuencia de movimientos gimnásticos, un desorden que de nuevo será reconducido por la mirada fija y directa del actor, antes de finalizar con los movimientos clásicos del doríforo, los movimientos de la carrera… Estos servirán para desplazar la atención, haciendo creer el espectador que está produciéndose una ascensión que termina en el cielo, en un lugar sagrado, exactamente junto a la nueva fragancia.
Toda esta descripción no hace más que acercar la visión del modelo al objeto, de acercarnos esa visión del hombre-objeto, del hombre inalcanzable, o del modelo-ejemplo a seguir. Cabe la posibilidad de que se pretenda incluso hacer creer que el producto acerca nuestras posibilidades a los “valores” en el anuncio mostrados.
Ahora es cuando cabría decir aquello de que estos no son valores reales, que la media de los hombres no somos como Senn de perfectos, que esto no existe y no puede ser la referencia. En el caso de las mujeres aún es más exagerado ya que muchas de las modelos están retocadas estéticamente o sufren de enfermedades o trastornos alimentarios, y en muchos casos podrían parecer de otra especie. Esto lo explicaré con un ejemplo claro, el caballo y el burro son de la misma familia pero no son la misma especie.
Igual soy drástico, pero la verdad es que no confío que exista ahora mismo ningún anuncio capaz de reflejar una realidad social auténtica. Todo está camuflado, maquillado, retocado; todo es un intentar parecer, un aparentar. La vida real no va de eso. Al menos así pienso yo, las cosas han de ser más fáciles y sencillas.
Ahora después de haber escrito esta entrada y recordando las anteriores me cuestiono todo lo escrito, y haciéndolo no hago más que repetir mi actitud. Parece que todo sea una lucha contra el sistema, contra lo que nos rodea, que detrás de la actitud crítica no haya más que eso, crítica… No sé porque podrá ser toda esta negatividad que ha aflorado en alguno de los textos pero prometo que ahora cuando termine los exámenes, y con ellos el que consideran el peor curso de la carrera cerraré este ciclo de una manera positiva. Porque realmente soy optimista.

1 comentari:

  1. Me ha encantado tu comentario: la descripción del anuncio y su reflexión. Lo cierto es que Dolce & Gabbana escoge con muchísimo cuidado los modelos para su publicidad. Reconozco que en este caso, que no conocía, es espectacular. Con eso se juega, indudablemente. Muy bien... Ah, y el pesimismo no siempre es malo, aunque siempre es preferible ser optimista.

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