Esta nueva entrada rezará sobre la publicidad; esa con la
que nos bombardean todos los días y a todas horas, cuando caminas por la ciudad
en carteles, en las paradas de autobús, cuando ves una película en la televisión,
escuchando un programa de radio,…
Una
reflexión sobre: qué nos quieren vender, cómo lo quieren hacer y con qué fin
pretenden adoctrinarnos en un círculo consumista que aunque no desees entrar es
tal el bombardeo que recibe tu cerebro que a veces te sorprendes silbando una
canción de un anuncio, o comprando ese regalo material e impersonal el día del
padre, de la madre, san Valentín o cualquier otra fiesta inventada por el poder
capitalista.
Brutal, pero es así como quieren tenernos, una sociedad
adoctrinada, callada, sometida, obediente, y que enriquezca los bolsillos ya
repletos de las grandes empresas, sin dejarnos pensar más allá, mientras el
comercio de barrio se pierde, mientras el frutero ahogado por la deudas cierra
su negocio familiar, o Pepito Pérez, el vecino del quinto, panadero de profesión, que
he escuchado salir del edificio toda la vida a las cuatro de la mañana para
hacer el pan, resulta que es despedido porque su jefe no puede permitirse las tasas estatales para mantener a un trabajador.
Quizás es negar “la mayor” pero pienso que la publicidad es
el soniquete de fondo que martillea nuestros oídos, que es como la punta del
iceberg de un bloque de hielo inmenso correspondiente a ese poder de sometimiento
de masas. Evitando que podamos pensar por
nosotros mismos, un poder que pretende arrebatarnos ese espíritu crítico que caracteriza
a las personas como seres singulares con sus defectos y virtudes, pero únicos.
Ejemplos de cómo la publicidad machaca los cerebros de la gente, los vemos en todas partes.
Me centraré en el anuncio de una multinacional de electrodomésticos,
en el cual repiten una y otra vez ¡Yo no soy tonto!
Cada vez que lo oigo me
sale una cana, punto primero, ¿qué pasa? que si no voy a tu establecimiento soy
tonto ¿no?, pero que significado le doy a “tonto”, si es el de, tonto igual a persona
con problemas mentales, me parece una broma de muy mal gusto, denunciable, despreciable y mezquina. Pues ellos son
personas especiales, tan válidas como cualquier otro, con valores, sentimientos
y virtudes probablemente mucho más grandes de los que cualquier ejecutivo de
esa empresa lo sea alguna vez en su vida. Hemos avanzado mucho respecto a la integración social, no lo tiremos por la borda dándole un connotativo de inferioridad y
despreciativo.
Y si tonto no quiere significar eso, pienso que cualquier
persona por mucho que sepa todavía puede aprender cosas nuevas, todos somos
tontos, todos carecemos de conocimiento en diferentes áreas… Por lo que me parece un eslogan totalmente fuera de lugar.
Por otro lado en cuanto al machismo en la publicidad… es
escandaloso. Anuncios de limpieza (mujeres), anuncios de coches (hombres),
anuncios de perfumes..., y al hilo de anuncios de perfumes, estas navidades
observé uno en la televisión que me llamó la atención.
Julia Roberts anunciaba
un perfume vestida con un vestido blanco largo, con dos cadenas de brillantes
que le cogían las muñecas cuál marioneta. De repente rompía las cadenas y salía de la fiesta
por una escalera imperial para girarse y dejar su espalda desnuda vista. ¿Qué
nos quieren vender? La liberación de la mujer, en un ambiente ostentoso, con
trajes increíbles, todos guapísimos, unos cuerpos de escándalo. ¿Libre de qué?,
¿siguiendo los cánones establecidos de un mundo machista…?
O este otro de perfumes Jean P…, este si que es bochornoso,aparece una pareja
en la cama, supuestamente tras haber mantenido relaciones sexuales, y de repente,
el chico que es un marinero guapísimo con un cuerpo ¿espectacular?
machacadísimo en el gimnasio, se levanta, se viste y con chulería desaparece por
la puerta, poniéndose la chaqueta sobre el hombro. Dejando a la chica en la cama,
como una vulgar prostituta, como mero objeto de disfrute, decorativo y sin
cerebro pues tras verlo desaparecer la chica como posesa se abraza a la almohada inhalando su aroma
como si fuese el de un dios efímero.
Si vamos por el
camino de lo físico es impresionante el canon de mujer que quieren vender a una
sociedad sin carácter, que asume todo lo que viene de la televisión, de los carteles,…
La mujer guapísima, de
cuerpo perfecto e irreal, operado y retocado, insano y enfermo por los que anhelando conseguirlos,
miles de niñas obsesionadas contraen enfermedades alimentarias… En anuncios de
todo tipo, viajes, cereales, maquillajes, perfumes, joyas,…
Recuerdo sólo una marca de cosméticos que hace unos años
hizo un anuncio de unas cremas corporales con mujeres normales, con unos quilos
más que el prototipo establecido, guapas, sanas y felices. Y es que en las
mujeres este discurso de "perfección" cala hondo y no sé muy bien el porqué, si viene desde tiempos pasados
en los que el hombre era el que elegía y la mujer sólo debía de preocuparse de
que su marido la encontrase guapísima y no tuviese que buscar fuera lo que ella
no pudiese darle al “pobrecito”, o por el sentido sumiso que poseen muchas de ellas.
Es increíble cómo la presión de los medios hace que, sólo el 4% de las mujeres
se encuentren bien consigo mismas. Este vídeo
de la misma marca de cosméticos deja muy patente este sentido de
inferioridad del sexo ¿débil?
Y lo mismo pasa con el sexo masculino aunque más matizado y en menor medida.
Suponiéndonos a las mujeres Barbies siliconadas y sin espíritu crítico también nos quieren vender un hombre perfecto como aquel hombre alto, con una melena al viento, de espalda ancha y músculos marcados como cincelados en mármol, de marcada mandíbula, vigoroso, fuerte, protector, de grandes ojos y pestañas interminables,...
Pero cuánto peligro tiene esto, esa educación de Disney en la que el príncipe perfecto se casa con la protagonista del cuento.
Hay algo más allá y la publicidad no es capaz de transmitirlo, cuan importante es la labor educativa de profesores y padres no absorbidos por la rueda consumista que le explique a sus alumnos e hijos las cosas importantes de las personas para crear personas y generaciones libres. Cosas como cualidades muchísimo más importantes inculcadas desde la infancia, la inteligencia, la capacidad de empatizar, la conversación, los ideales, la simpatía, la manera de hacer reír, la complicidad, la amabilidad, la sinceridad, la solidaridad, la tolerancia, la caridad, la discreción, los silencios no incómodos...
Cualidades asexuales que nos hacen únicos, con pensamiento propio sin etiquetas ni códigos de barras que nos adscriban a un rebaño manipulado y dirigido.
Me ha gustado mucho tu entrada. Es valiente. El vídeo me ha gustado mucho. En clase comenté el otro día un documental: Miss Representation o Miss escaparate. Ya os enseñaré el próximo día una cosa... Espero acordarme.
ResponEliminaharé unos pequeños comentarios porque me gusta tu entrada.
ResponEliminaEl problema si es el capitalismo y el consumismo como dices. Y por tanto la falta de valores como los que nombras al final...la incultura.
¿que yo no soy tonto? o ¿yo no soy libre?
Hablas de los sentimientos y las virtudes de los tontos, haces una interpretación de los tontos con los enfermos mentales. Bien. Pero me gustaría remarcar que los enfermos mentales son las personas que más saben de sentimientos y virtudes, son un escaparate de todo ello. De hecho ese es el problema, no son capaces de controlarse emocionalmente.
Y una última apreciación sobre el marinero de Jean Paul Gaultier, el marinerito abandona a la muchacha porque es claramente homosexual. Todos los anuncios posteriores de ese producto se han ido decantando hacia ese mercado.jajaja
hasta pronto
jeje me alegro que os guste la entrada pero quizás no sean más que ideas inconexas en una mente trasnochada, simplemente escribí lo que era para mi la publicidad. Con respecto al apelativo tonto...
ResponEliminaHay que cogerlo con pinzas, he releído la entrada y no es realmente lo que quería decir, tampoco quiero hacer esa igualdad tonto=enfermo mental, evidentemente no lo son, simplemente son personas diferentes tal y como lo somos todos, unos de otros, con otras virtudes y/o aptitudes como la sensibilidad de la que hablas. Simplemente puntualizar que esa igualdad no pienso que sea así sino que quizás ha pasado por la cabeza del publicista de Media Markt.
Y lo del marinerito no lo sabía jeje ahora cuadra más la historia. Saludos!